Este es el recorrido de hoy:
Son las 8 de la noche del viernes y estoy grabando esto desde el mirador del Cerro Capitán.
Tiene una vista increíble. Estoy viendo todo a lo largo el brazo tristeza. Atrás quedó la laguna Azul. Allá, bien lejos, distingo el cerrito Llao Llao y la península que llamamos mirador del brazo tristeza. Y a los costados el cerro Capilla y el López. También distingo el Bailey Willis, cerro Negro…
Ya sé ocultó el sol. Ya desaparecieron las últimas pinceladas violetas y rosadas sobre las cumbres.
Fue un día increíble, durísimo.
Había puesto la alarma a las 6:00 pero terminé saliendo tarde de la bolsa de dormir. A las 8:45 tenía todo de nuevo en la mochila y estaba empezando la caminata del día: laguna Azul y cerro Capitán.
▶ Salí de la zona del arroyo La Volteada con rumbo al área de Los Césares. El camino está bien marcado, es prácticamente plano. Fui bordeando el lago Mascardi hacia el oeste y llegué a las playas que están justo enfrente del hotel Tronador.
En realidad, porque me equivoqué.
Es que en el cruce de senderos del arroyo Casalata (que sigue hacia Jakob) giré hacia el sur creyendo que el vado estaría en ese sentido. Eventualmente llegué a la costa del Mascardi de nuevo.
Muy linda playa igualmente (hay que verle el lado positivo).
Así que regresé por el mismo sendero y continué hacia el norte hasta encontrar los colores de Huella Andina (blanco y celeste) y el cruce del arroyo Casalata.
Continué y llegué al cruce del Callvuco (es el arroyo que viene desde la laguna Callvú o Azul) y es el que seguí durante toda la caminata a la laguna Azul.
Trekking a laguna Azul en Bariloche
¿Viniste sólo por la laguna Azul? Esto es lo que tenés que saber:
Trekking a la Laguna Azul | |
Distancia | 8 km desde Los Césares |
Dificultad | Media – Sendero marcado y señalizado |
Tiempo | 4 horas (sólo ida) |
¿Qué vas a ver? | Puente colgante sobre el río Manso Vas a pasar por la zona de “Los Pozones” Caminata bajo el bosque y junto al arroyo Callvuco con muchas cascadas Tenés la opción de continuar la subida hacia el cerro Capitán |
En Bariloche, la laguna Azul o Callvú está a unos 1500 msnm, muy cerca del cerro Tronador, entre el cerro Bonete y el Punta Negra.
Es una de las lagunas que podés visitar en la travesía de las 5 lagunas que vincula Laguna Negra con Ilón.
Pero también se puede llegar a la laguna Azul desde el área de Los Césares, unos 15 kilómetros antes de llegar Pampa Linda.
¿Cómo llegar a laguna Azul en Bariloche?
Desde Bariloche hay que seguir la ruta 40 con dirección a El Bolsón. A la altura del lago Guillelmo, tenés que girar hacia la ruta 82 con destino a Pampa Linda y seguirla 25 kilómetros hasta llegar al área de Los Césares.
▶ Si necesitás programar una caminata en la zona del Tronador, te dejo algo de logística que hace falta.
Justo ahí, en Los Césares, empieza la caminata de un poco más de 8 kilómetros hasta el borde mismo de la laguna.
Hasta llegar al desvío entre el arroyo Callvuco y la laguna, el sendero es muy plano (pero muy plano). Se cruza el río Manso, con su color tan especial, a través de un puente colgante (¡que se mueve para todos lados!).
La subida empieza muy poco después del desvío, cerca de la zona marcada como “Los Pozones”. Todo el resto de la caminata es por el bosque de coihues primero y lengas después. La pendiente se va poniendo más y más pronunciada conforme se avanza.
Sobre todo la última parte, donde se dejan atrás los árboles más altos y se empieza a caminar por el lecho de roca del arroyo que baja de la laguna.
La caminata es de unas 4 horas, solamente de ida.
Esta fue mi experiencia
En mi caso, acordate que venía llegando desde La Volteada y no desde Los Césares. Pero es un detalle, el resto de la caminata es igual.
Cerca del mediodía, luego de cruzar el arroyo Callvuco tomé el desvío a la derecha, hacia la laguna y la zona de “Los Pozones”. Como el día anterior, me sumergí nuevamente en un denso bosque de coihues para empezar a subir.
En esa primera parte encontré dos terneros descansando muy tranquilos justo sobre el sendero (pero bien encima). No tenía forma de esquivarlos. Tardaron en darse cuenta que estaba cerca, pero en cuanto me vieron salieron corriendo.
No te la voy a dibujar, pero al menos a mí y en esta caminata en particular, la subida me fue exigiendo cada vez más. Quiero imaginar que era por el peso de la mochila grande y el cansancio del día anterior.
Fue eso, o los años me están cayendo encima. Ya veremos.
El asunto acá es que hice más paradas de las que me gusta y acostumbro hacer. Ya sabía que iba a ser un día largo y exigente, así que no podía perder mucho tiempo. Pero en cuanto encontraba un lugarcito junto al arroyo, frenaba y me sacaba la mochila para refrescarme y relajar la espalda.
Puff, desapareció
En un momento el sendero parece esfumarse. Se llega a un claro donde el arroyo llega por un codo y no se distingue dónde continúa el camino.
En realidad está en la margen opuesta. Hay una flecha azul (justamente en esa margen opuesta) señalando el sentido. Sólo hay que levantar la cabeza y buscar en todos los sentidos.
Es a partir de ese punto (o unos pocos metros después) donde empieza la subida con total decisión.
El cajón
A medida que el bosque empieza a achicarse por la altura, el recorrido se hace cada vez más encajonado. El agua baja con mucha fuerza en distintas cascadas. Sobre todo en esta época de fines de primavera, por momentos el ruido del agua era ensordecedor.
Llegué finalmente a la zona del recorrido que alterna entre el lecho del arroyo y bosquecitos de lengas a los costados. Debe haber sido a una hora de llegar a la laguna.
Todo el suelo de roca del lecho del arroyo está súper erosionado por el agua, así que resulta en un espectáculo. Alzando la vista y tapándose con la mano los rayos del sol, bien arriba, entre el cielo y las paredes del Bonete y Punta Negra, caen numerosas cascadas, hilos de agua y manchones de humedad.
Es como si hubieran distintas etapas con grandes escalones de roca que hay que ir superando. Donde parece que la laguna va a mostrarse en cualquier momento.
Pero no
Se supera un escalón y otro y otro. Cuando finalmente imaginaba ver la laguna, continuaba otra etapa más de roca. Se me hizo interminable.
Mucho antes de llegar a la laguna estaba definitivamente cansado. Y fue cuando empecé a preguntarme: ¿Y si me quedo y paso la noche al borde de la laguna?
La laguna Azul
No se me hubiera ocurrido ningún otro nombre para la laguna. ¿Para qué? Mirá lo que es:
Su azul es muy profundo y cerca de la desembocadura donde se forma el arroyo, el color transcurre a verde esmeralda.
Está contenida por paredes de roca gris muy verticales y más arriba siguen los pedreros hacia los cerros que la rodean.
A Laguna Cretón
¿Sigo?
El sol de las 3 de la tarde caía bastante vertical todavía. Me saqué la mochila casi con bronca y no me acuerdo donde la dejé. Mientras merendaba, analizaba detenidamente mis opciones.
El próximo destino era el filo entre laguna Azul y Cretón primero y la cumbre del cerro Capitán después. Miraba en el celular la ruta que tenía por delante, justo frente mío. Subía la vista por la pared de piedra y me costaba creer que tuviera que pasar por ahí.
Ya aprendí que en la montaña tenés que estar parado ahí mismo para analizar si la ruta es viable o no. Desde lejos se puede ver imposible pero el recorrido en realidad puede ser transitable.
El cerro capilla es tal cual así. Si ves la pared hacia la cumbre desde lejos, te cuesta creer que se pueda llegar.
Además, sí, la zona de acampe se veía muy tentadora, como el canto de una sirena para que abandonara mi cordura ahí mismo.
Pero si me quedaba a pasar la noche, en realidad, significaba que al día siguiente tendría que resignar la mirada del doctor. No me daban las horas para llegar a las 17hs al colectivo de regreso.
Suponiendo que la ruta hacia la laguna Ilón estuviera en condiciones (porque se veían manchones de nieve en la ruta hacia arriba).
En cambio, si regresaba por donde llegué, a Césares, todavía me quedaban 15 kilómetros hasta Pampa Linda y la combi de regreso a Bariloche. Iba a ser un día perdido.
Escapar hacia adelante
Con todo ese cansancio apilado en las piernas y la mochila, decidí iniciar la subida a las 16.
Y fue así. Desde abajo parecía imposible, pero la trepada desde laguna Azul es totalmente caminable. Con una mochila grande hace falta esfuerzo. Y en esta época en particular me tocó desviarme del trayecto (siempre bien marcado por pircas) para evitar manchones de nieve, pero a las 18hs estaba mirando la laguna Cretón desde el filo.
A partir de acá seguí los filos hacia el Capitán con una pelea mental constante. Una parte de mí quería acampar ahí mismo, resignar la vista al cerro Tronador y la otra me seguía exigiendo un poco más. ¿Quién ganó?
Desde la laguna Jujuy (todavía congelada) la última trepada al Capitán estaba en sombras y tenía un manchón enorme de nieve bastante vertical.
Hacia los costados la caída tenía más metros de los que llegaba a ver. Pero, si subía despacio, conservando el centro “no tendría problemas”.
Acorté los bastones y subí haciendo escalones con patadas en la nieve. Muy despacio y asegurando cada paso.
La cumbre del cerro Capitán, increíblemente.
El cerro Capitán tiene una cumbre muy plana, me hace acordar a la del Cerro Navidad.
Después de superar la sombra fría de esa subida, volví a sentir los rayos naranjas del sol que me calentaban de nuevo.
ENORME. Gigante, apareció enfrente el Tronador.
Por esa terraza tan marciana del Capitán, caminé hacia el norte, hacia el mirador, girando y viendo todas las cumbres que formaban semejante paisaje.
La zona del mirador parece una ciudad inca con los espacios delimitados por parecitas de rocas para poner las carpas.
Ya se estaba levantando algo de viento. Para mi carpa, elegí el lugar con la pared más alta y el punto con mejor vista al brazo Tristeza. Aunque con mucha sombra, ya distinguía el lago Frey y adivinaba la ubicación de la mirada del doctor.
Eran las 8 de la noche. Habían pasado cuatro horas desde que salí de laguna Azul.
Cuando dicen que si pensás que tu cuerpo no puede más en realidad todavía tiene resto: es así. O al menos en este caso fue así.
Había caminado más de cuatro horas exigiéndome con la cabeza y el cuerpo.
Aproveché una de las manchas de nieve para derretir un poco y hacerme una sopa. La tela de la carpa ya se movía bastante con las ráfagas que llegaban desde el oeste.
No recuerdo si llegué a ver algo más del atardecer.
Para esta etapa concretamente me resultaron de mucha ayuda las descripciones de Luca y Rodrigo. Dejo los links a sus cuentas de Wikiloc que tienen datos técnicos invaluables:
▶ Travesía Césares – Pampa Linda – Laguna Azul – Cerro Capitán – Laguna Ilón – Bariloche
La travesía continúa en el último día, desde el cerro Capitán hacia la Laguna Ilón y la mirada del Doctor.