Dos cumbres me quedaban pendientes en la zona de Jakob: Constructores y Cella. Ambas están al sur de la laguna Jakob y, en las averiguaciones previas, encontré dos rutas para alcanzarlas.
Una, asciende desde el Paso Schweizer por pedreros muy sueltos hasta el Cella y desde allí baja al col que lo separa del Constructores.
La otra ruta sube desde el valle de la cascada, frente al refugio, hasta ese mismo col.

En resumen, queda armada una ruta circular, puesto que cualquiera de estas alternativas sirve tanto para subir como para bajar.
Opté por la pendiente que parecía más amable: la del valle y la cascada.
El video del Trekking al Cerro Cella y Constructores
Llegué a Jakob después de cuatro horas de subida desde Tambo Báez, y cerca de las 14hs ya estaba en la margen opuesta al refugio, atravesando un bosquecito de lengas achaparradas.
Fue allí donde perdí los dos bastones de trekking que llevaba para ayudarme en la subida y, sobre todo, en la pronunciada bajada del Cella.
Me di cuenta una hora después, cuando los necesité. Ya era tarde y decidí buscarlos a mi regreso, al día siguiente.
En el paso por la cascada cargué agua y empecé a recorrer el borde de un cañadón que se forma aguas arriba. Poco a poco desapareció la vista de la laguna y se abrió el valle que baja desde las dos cumbres.
En ese tramo, hay que buscar las humildes pircas que marcan el rumbo de forma muy sutil. A veces es cuestión de adivinar cada etapa. Algunas pircas están después de un bosquecito que hay que atravesar con dudas. Pero es el camino correcto. Hay que confiar.
A veces pienso por qué hacemos las pircas tan escuetas. Por qué en otros lugares del mundo se hacen pircas enormes, donde no quedan dudas del rumbo. Algunas de las pircas de esta zona dejan más dudas que certezas. ¿Eso es una pirca, una señal o simplemente se derrumbaron unas rocas y quedaron así?
Continué subiendo por el valle y la vista se amplificó. Las dos cumbres me esperaban un poco más arriba, pero por ahora, debía seguir ascendiendo poco a poco por el terreno suelto.

Algunos arroyitos bajaban desde los neveros que todavía resistían el verano. Varias flores de distintos colores aprovechaban la humedad de los mallincitos.
Poco a poco el viento empezaba a ser protagonista. El día tenía sol y la temperatura era ideal, pero una sola brisa era todo lo que hacía falta para cambiar el humor.
Finalmente, alcancé el col y, con él, terminó de hacer su presencia el viento frío que estaba pronosticado. Me abrigué y seguí rumbo al Constructores. La pendiente se hizo más vertical, con mucho acarreo y la sensación de estar en el camino equivocado.
Y sí, así fue.
Había subido demasiado hasta el col, cuando en realidad, debería haber encarado la cima un poco antes. Esto me hizo transitar por filos sueltos. El granito se desgranaba o se partía en pedazos. Muy inestable.
Desde allí encontré la subida real a la cumbre. Pero estaba muy lejos y mucho más empinada. Miré el reloj, bajé la cabeza y me tomé unos segundos.
Hoy no era el día.
El viento ajustaba sus ráfagas. Ya era tarde y todavía me quedaba subir al Cella.
La subida al Constructores se hace por la cara opuesta a donde yo estaba. Si hubiera bajado un poco y rodeado el pico, quizás encontraba una subida más alcanzable.
No importaba. Los indicios, al menos ese día, me llevaron a decidir bajar.
Con un descenso sobre suelo mucho más suelto, llegué de nuevo al col y apunté al Cella. Varias veces tuve que sentarme y sacarme arena de las botas.
Con la llegada al filo del cerro Cella reapareció el viento, más frío y más fuerte. Pero la cumbre se veía ahí nomás, así que puse primera y en pocos pasos llegué rápido.
El viento sólo me dejó ver el incendio de Los Manzanos y el humo tapando el horizonte hacia el sur y el este. Apenas distinguí el cerro 7 Colores.
Pero enfrente tenía el Cuernos del Diablo o el Pico Schweizer y, abajo, el valle del Casalata.
Las sombras les ganaban al brillo del sol y junto al viento me estaban echando del cerro. Todavía me quedaba bajar y buscar un lugar para dormir. Así que huí.
Bajé extrañando los bastones que me esperaban junto a la laguna.
Pensaba: Menos mal que subí por el valle. La pendiente, de este lado del Cella, sumada al terreno suelto y sin los bastones, me hubiera liquidado. Además, para subir por este lado, primero hay que llegar por Témpanos y el Paso Schweizer. Hubiera sido larguísimo.
Encontré un lugar algo reparado para el vivac de la noche. Lejos de ser ideal, apenas cené algo rápido y caliente antes de meterme en la bolsa de dormir.
No pasé frío, pero el viento me inquietó. Algunas ráfagas me movían y, cuando miraba el cielo, aparecía cubierto de nubes.
¿Con qué necesidad?
Es hora de aclararte que salí buscando un poco de todo esto: viento. Lo vi en el pronóstico y aún así elegí la ruta y el vivac. ¿Por qué?
Porque notaba que en las últimas salidas estaba muy cómodo. Hacía mucho que caminaba con diazos y quería, poco a poco, exponerme a situaciones menos cómodas.
Aún así no tiene mucha explicación, ¿no?
Quizás todo esto que vivimos cuando apagamos la pantalla del trabajo, dejamos la casa en silencio o sentimos el peso del día deslizándose con el agua de los platos la cocina, sea solo para que, dentro de muchos (muchos) años, al cerrar los ojos en una siesta, nos quede la certeza de haber estado realmente vivos.
Hay una frase que lo resume mejor: “Porque al final no recordarás el tiempo que pasaste trabajando en la oficina o cortando el césped. Sube esa maldita montaña.” – Jack Kerouac
¿La memoria es un eco que resuena en otras vidas? En el fondo, creo que sí.
Cerca de las 7 a. m., todavía con el viento frío y ahora con nubes negras rozando los filos, desarmé rápido el vivac y volví a escapar.
Cerca de la laguna Jakob cayeron unas gotas, pero todavía debía buscar los bastones. Dejé la mochila escondida y me metí de nuevo en el bosquecito. Casi al final del recorrido los encontré.
Una ráfaga de viento repentina cayó sobre la laguna y levantó el agua en un remolino. La laguna se transformaba en un lago enojado. Era hora de bajar y escapar ahora de la lluvia.
Conclusiones
Como de costumbre, usé un track de Luca para orientarme en la recorrida por estas cumbres. Te dejo el link por acá.
En esta oportunidad, como te conté, hice la subida por el valle frente al refugio. Si bien no puedo compararla con la subida por el Cella, adivino que esta ruta resulta más gradual, dócil.
Subí y bajé con agua suficiente para pasar la noche donde encontrara lugar. Pero había arroyitos hasta pocos pasos antes del col, mientras subía.
Hay cumbres que llaman y otras que alejan. Las que tienen mucho acarreo nunca fueron mis favoritas. ¿Las de quién, no? La del Constructores, además, tenía algo en su aire, una incomodidad sorda que preferí no investigar.
El viento y lo ajustado del plan no me dejó disfrutar todo lo que estas cumbres tienen para ofrecer. Pero, como me quedó pendiente llegar a la cumbre del Constructores, intuyo que no será mi última vez por este lugar.
Muy bueno el vídeo! Toda una experiencia! Incógnitas: fruto que comiste en la subida? Aplausos por escuchar las sensaciones, no dejes nunca de darle bola! Y el Constructores parece que se está desarmando, jajaja
Busqué el nombre y se llama Chaura 😉
Está muy bueno ponerse fuera de los espacios que nos aseguran todo tipo de comodidades, sobre todo cuando tenés la posibilidad de hacerlo. Por ahora, mis posibilidades se encuentran restringidas a seguirte en tus vídeos. ¡Ya llegarán tiempos mejores! Ya en algo he avanzado, tengo Wikiloc pago y me compré un Suunto 9 Baro, ¡toda una locura en proporción a mis ingresos! Por ahora estoy inactivo debido a una cirugía, pronto recuperaré mi entrenamiento diario. ¡Adelante, amigo, los que nos iremos de aventura te saludamos!
Gracias Ale y paciencia con la recuperación. ¡Mucha suerte!
Excelente, Janis. Buena idea eso de salir de la zona de confort. No solo sirve como “entrenamiento” a veces funciona para descubrimientos. Lo mismo para nosotros los seguidores.
Tema pircas. Pienso lo mismo. Tambien a veces veo que hay demasiadas o que las hacen en cualquier lugar (quizas para marcar algo que no es el camino, o alguna fotito…)
Abrazo.
Excelente idea. Quedó un video diferente
Hola Janis! Tengo pensado viajar el 23 de marzo, que travesía me recomiendas para esa fecha, la de las 5 lagunas o la de los 4 refugios?
Gracias!! Los refugios de bari ya los conozco todos, de manera independiente.
¡Hola Manuela! Para mí, linda época para hacer 5 Lagunas 😉
Genial! El recorrido de la travesía es muy complejo? Y te consulto si está bien señalizado
¡Hola Manuela! El recorrido tiene la complejidad del acarreo casi constante por los filos, en subida y en bajada. Viste que te va desgastando las piernas y las ganas de vivir 😉
Pocas señales en el valle de la cascada y en el cella una o dos solamente.
¡Gracias por el mensaje!
Okii! Gracias por la data!! Saludos!