Llegué al puente de Confluencia alrededor de las 10:30. Había dejado mi auto al sur del puente y crucé a pie hacia el camino del Paso Córdoba.
El plan del día era llegar a la cumbre del cerro Recado Chileno con el track de Mario Prastalo que bajé de wikiloc. El track de Mario iniciaba al pie de un valle que ya había admirado en caminatas anteriores desde el cerro Montura Chilena y, con una perspectiva aún mejor, desde el cerro de las Chivas, justo al frente.
Este es solamente un relato de mi experiencia. Este sendero no figura habilitado por parte de Parques Nacionales y lo recorrí bajo mi responsabilidad.
No te recomiendo seguir este recorrido.
Ojo, el nombre del cerro todavía está en discusión así que no te confíes.
Esta caminata empezó con dudas. A principios de octubre todavía se veía bastante nieve hacia arriba, así que no sabía bien si iba a poder llegar a la cumbre.
Empecé a caminar por unas huellas vehiculares que se adentraban en el valle. Pero poco tiempo después de iniciar ya estaba perdido.
Bueno, no. Perdido lo que se dice perdido, no. Pero sin querer, dejé de mirar el track y me desvié, perdiendo la ruta que estaba siguiendo. Aunque esta distracción me llevó a remontar una subida importante, tuve la oportunidad de pasar por unas rocas espectaculares, escondidas entre los árboles de la parte baja y más húmeda del valle
Así es esta zona. Cualquier desvío te puede dejar en un lugar desconocido pero espectacular.
Llegué finalmente al filo que seguía el track de mi celular y a partir de ahí mi única guía era seguirlo. Aunque no había senderos, las huellas de varios animales me indicaban el camino, a través de un terreno bastante árido.
Esta zona de transición entre la estepa y la cordillera va alternando sectores verdes con otros áridos. La zona es característica de cipreses y vegetación de estepa. Había huellas y rastros de todo tipo.
El suelo lleno de huellas de distintas especies de animales y con ago de atención aún se notaba la ceniza del 2011.
Con más o menos pendiente el ascenso cambia de escenarios pero la subida es constante.
Pasé por un bosque algo gris, con árboles caídos y sin mucho color. Imagino que todo va a cambiar en algunos días, cuando los árboles broten a un verde más vistoso.
Ahí en ese bosque me sobresaltó el paso repentino y apurado de dos ciervos. No me dieron tiempo a sacar la cámara y sólo pude recobrar las pulsaciones después del susto.
Después de una última subida importante se llega aun filo con una serie de balcones que serpentean hacia la cumbre característica de este cerro. Ahí entendí que sólo tenía que seguirlos.
En esta última etapa se formaban plateas bien planas con el suelo de rocas rojas, parecía realmente de otro planeta.
Hacia el sur de estos balcones, el valle caía abruptamente y aún había nieve en algunos lugares. Antes de alcanzar la cumbre, pasé por zonas de nieve y encontré más huellas.
Finalmente llegué al pie de rocas verticales que forman esa cumbre tan característica y encontré una subida amigable que me llevó a la parte más alta.
Reparado del viento, almorcé con vistas espectaculares, abarcando 360 grados, desde Traful hasta Alicura, pasando por el Valle Encantado y la estepa.
Un cóndor se acercó y pasó a visitarme varias veces. Ya lo dije antes, pero más allá de su imponente presencia, de estos encuentros me encanta poder escuchar solamente el sonido de su vuelo, pasando tan cerca.
De repente el viento cambió a un frío mucho más importante y decidí descender de la cumbre casi como escapando. Fue solamente ahí en la cumbre porque algunos metros hacia abajo ya estaba algo más templado.
Esto fue cerca de las 15:30.
Tardé unas 4 horas y media en subir y tres en bajar. Tengo que decir que fue un desafío en ambas direcciones.