Frey por el filo y bajada por el valle del Campanile

“Vivimos en un parque de diversiones” me dijeron alguna vez.

Bueno, esto es así si te gusta caminar y recorrer todo lo que esta zona tiene para ofrecer. Por ejemplo, hay tantas alternativas para llegar al Frey que incluso existen variantes en las variantes.

Un domingo de mayo, con el pronóstico pisándole los talones a la primer nevada importante, salí hacia la base del cerro Catedral para caminar una de las tantas alternativas al refugio Frey.

A pesar de tener en la agenda recorridos más novedosos para conocer, preferí este, más tradicional. Es que el mes de mayo ya tiene poca luz para aventurarse.

La intención era recorrer paisajes que había visto de lejos unos días atrás, cuando llegué a la aguja Principal del Catedral. Aquella vez me llamó la atención la calma de la laguna Schmoll y los colores del valle del Campanile.

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Estaba en los autos chocadores y ya miraba con ganas la vuelta al mundo.

¿Pero porqué no los recorrí ese día? Podría haber bajado desde la aguja Principal por el Campanile o incluso regresar al estacionamiento por el filo del Catedral.

Es que no era el plan original, ni el que había dejado en casa. A pesar de los riesgos que asumo al salir a caminar solo mantengo el recorrido que le dejé a mis contactos de emergencia: mi familia. Sobre todo, como te imaginas, en caso de un accidente.

Por eso, a pesar de sentir que es un parque de diversiones, siempre hay que mantener el plan trazado y no elegir en el momento el rumbo.

Esta vez, sí, dejé avisado que el recorrido sería por el filo del Catedral y bajaría a la base por el valle del Campanile.

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Dependiendo la complejidad del recorrido puedo dejar incluso un mapa y anotaciones. ¿Vos hacés los mismo?


Mayo estaba irreconocible. No quedaba otra que aprovecharlo.

La ruta por el filo del Catedral

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Amanece en Bariloche

Esta vez elegí la ruta más larga hasta el filo. Desde el estacionamiento del cerro, subí directo a Piedra del Cóndor y desde ahí seguí el recorrido hasta el refugio Lynch y finalmente hasta la estación Nubes.

Desde muy temprano (empecé a caminar sin luz) el cerro Catedral estaba inundado de ruidos de máquinas y personas trabajando a contrarreloj. Es que quedan pocos días para las primeras nevadas y junio está a la vuelta de la esquina.

Hacía años que no recorría esta zona ya que siempre elijo el rumbo a Punta Princesa, que es más directa.

Hasta Piedra del Cóndor seguí alguna línea de aerosillas, con mucha (pero mucha) pendiente y cortando varios caminos. Siempre acompañado por los pitidos de la marcha atrás de máquinas viales y el ruido de sus caños de escape. La vista al interior del cerro me mostró la cantidad de obras y construcciones que existen en el Catedral.

Cada vez se parece menos a un cerro y más a una cantera.

Caminos, excavaciones, obras avanzando y otras abandonadas, basura y demoliciones. Pero en plena temporada todo esto queda abajo de la nieve.

Piedra del Cóndor a Lynch y Nubes

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Refugio Lynch, cerro Bellavista y lago Nahuel Huapi

Piedra del Cóndor tiene un poco de todo esto. Cimientos de viejas construcciones demolidas y un mirador derruido.

Pisé sobre ladrillos rotos y encaré por el filo oeste hacia Lynch. Abajo, bien profundo, el valle del Casa de Piedra separa el Catedral del cerro Bellavista.

La ruta por este lado es muy fácil de seguir. Desde el refugio Lynch continué por el filo hasta Nubes, siempre subiendo. Ahora el valle que aparece es el del Rucaco y del otro lado se levanta el cerro Tres Reyes.

Desde Nubes sólo me quedó bajar un poco hasta conectar con el inicio definitivo del sendero al Frey por el filo del Catedral.

Esta alternativa al Frey tiene como paisaje protagonista la pendiente muy pronunciada hacia el valle del Rucaco y las cadenas de montañas que se superponen hasta los volcanes del lado de Chile. Por supuesto, siempre el Tronador resaltando.

La característica del trayecto es siempre la piedra. Grandes, chiquitas, por arriba, por abajo. Por momentos requiere alguna trepada con la ayuda de las manos pero en su mayoría se camina. Sube y baja con poca pendiente yendo siempre hacia el sur.

A pesar de las vistas panorámicas hacia la derecha no me olvidé de mirar cada tanto las agujas de rocas que se imponen a la izquierda.

Así es el Catedral. Sus agujas y paredones de roca y el abismo de sus valles le dan un aura mística. Uno se siente en el trayecto hacia una aventura épica medieval.

Claro que todo se vuelve más centennial al buscar el tupper con los sandwiches del día.

Cerca del mediodía, justo en la bifurcación a Jakob, aproveché para almorzar en el mismo lugar donde acampé el año pasado.

Desde ahí, bajé a la laguna Schmoll y fue donde empecé a encontrarme las primeras personas del día. Sin viento (ni siquiera una brisa) la superficie de la laguna reflejaba y acentuaba toda esa mística.

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Laguna Schmoll

En el final de la bajada a la laguna Toncek noté el sendero mejor marcado gracias al trabajo del proyecto Walk the Trail. Lo seguí hasta la laguna y crucé del otro lado del mallín para subir al col Parótida y desde ahí seguir por el valle del Campanile.

Campanile

Este es solamente un relato de mi experiencia. Este sendero no figura habilitado por parte de Parques Nacionales y lo recorrí bajo mi responsabilidad.
No te recomiendo seguir este recorrido.

En el comienzo del valle tuve un “pequeño” percance. La línea de pircas que seguí en realidad me estaba llevando de nuevo hacia arriba. Seguramente era la línea que se usa para llegar a las agujas por la gente de escalada.

Mala idea

En lugar de volver sobre mis pasos, decidí atravesar las lengas hasta reencontrar el rumbo correcto.

Pésima idea.

No solamente tuve que luchar con los arañazos de las ramas sino que el terreno húmedo del valle me empapó las zapatillas.

Pero fue toda culpa mía. En algún momento seguí la línea equivocada y compliqué la caminata sin necesidad. Lo más sencillo hubiera sido volver sobre mi pasos y reencontrar el sendero que, siguiéndolo, no tiene ninguna complicación.

valle campanile
Valle del Campanile con la principal al fondo

Después de algunas vueltas recobré el sendero y la cordura. En el bosque merendé rodeado de una alfombra de hojas amarillas y encaré el último tramo del mallín inundado del Campanile.

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El valle del Campanile es muy húmedo. Sobre todo en la última etapa antes de ingresar de nuevo al bosque y a la bajada hasta el valle del Van Titter.

Después de esa bajada intensa hasta el valle conecté definitivamente con el sendero tradicional al Frey y desde ahí hasta el estacionamiento.

3 comentarios en "Frey por el filo y bajada por el valle del Campanile"

  1. Hola qué tal? Estoy recorriendo esta página que me recomendaron. Me parece genial. Voy a seguir mirando y buscando info e ideas.
    Y aprovecho a hacer una pregunta (quizás encuentre la respuesta entre las entradas del blog pero.. Pregunto por las dudas).

    Pienso viajar en vacaciones de invierno a Bari. Y hacer trekking por mi cuenta en lo posible (tengo algo de experiencia pero sin exagerar). Y más allá de cuestionea de equipo y demás (que ya estoy viendo), tengo la duda de cómo moverme allá. Es decir, se que para algunos lugares puedo contratar micros o servicio de transfer. Pero más allá de eso, ¿hay opciones? ¿Hay transporte público? Alguna guía o algo recomendable para moverme así, sin auto, por la ciudad y ciertos puntos (Villa Campanario, Vilma Catedral, y otros lugares que sirvan de punto de partida para ir a los refugios (Lopez, Frey, Jakob) ya con la mochi?

    Perdón la extensión del comentario. Muchas gracias!!

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