El cerro Piltriquitrón es, sin duda, la montaña que define el paisaje de El Bolsón.
Su nombre proviene del mapudungun y significa “cerro colgado de las nubes”. Desde las calles del pueblo se lo ve imponente, como un vigía constante del valle. A su alrededor circulan relatos que hablan de su energía y de un aura místico, aunque lo real, lo palpable, es su fuerza como símbolo.
Contexto actual del sendero
Después del incendio de enero de 2025, los senderos del ANPRALE permanecen cerrados. Mientras se trabaja en la restauración del área, las opciones de trekking quedaron reducidas al Cerro Piltriquitrón y al refugio Cerro Lindo.
Para mi primera caminata en la zona elegí al Piltri.
Camino al inicio
Algunos días antes consulté por WhatsApp al refugio sobre el estado del sendero hacia la cumbre. Aunque el invierno fue más seco y caluroso de lo habitual, me advirtieron que probablemente necesitara crampones para llegar arriba. El resto del recorrido estaba transitable.
Salí de Bariloche más tarde de lo previsto y llegué a El Bolsón cerca de las 11. Todavía tenía que comprar algo para comer y subir en auto hasta la plataforma donde está el estacionamiento del cerro.
El ascenso en vehículo desde la Ruta 40 exige paciencia: la pendiente hace sentir que uno mismo empujara al motor.
A las 12 ya estaba caminando.
Del bosque tallado al refugio
La primera parte, hasta el Bosque Tallado, demanda unos 30 minutos. Es un tramo empinado, pero cada pausa regala vistas abiertas del valle.
El Bosque Tallado nació después del gran incendio de 1978 que arrasó parte de la ladera del Piltriquitrón. Veinte años más tarde, un grupo de escultores locales y de distintas partes del país transformó los restos de árboles quemados en tallas de madera. Así, lo que era un bosque muerto se convirtió en un espacio artístico al aire libre, con decenas de esculturas que conviven con el paisaje y que siguen sumándose con el tiempo.
En 2021 había visitado el Bosque Tallado, así que esta vez lo pasé de largo y seguí rumbo al refugio. Apenas veinte minutos después estaba completando el cuaderno de registro.
En el refugio se hablaba sobre la necesidad de crampones. El sol fuerte y la hora generaban dudas. Yo decidí probar otra ruta: desviarme hacia el filo Huemul.
Desvío al filo Huemul
Desde el refugio empecé a subir por el sendero marcado y señalizado. Mi siguiente destino era el valle que separa la cumbre del Piltri con el filo Huemul. Allí me separé del sendero a la cumbre y atravesé el valle para empezar a subir al filo Huemul.
Fuera del sendero el suelo es casi esponjoso, con más piedras sueltas. Poco a poco iban apareciendo los manchones de nieve que eventualmente confluyeron en un manto blanco y helado.
La pendiente se fue haciendo cada vez más vertical y sentado en una piedra me tomé el tiempo de calzar los crampones, listos para estrenar.
Sin ellos, la pendiente me habría obligado a volver. Con ellos, en cambio, la subida fue firme y hasta motivadora. Zigzagueando sobre la nieve dura gané altura hasta alcanzar el filo Huemul.
Guardé los crampones y avancé buscando la cumbre del filo. Las apps de mapas (Gaia, en este caso) me ayudaron a ubicar el punto más alto, donde confirmé la cumbre con una pirca.
El panorama fue inmenso: el valle de El Bolsón y Lago Puelo hacia abajo, y hacia el este la zona de Cuesta del Ternero. Al oeste, el Tronador se veía a lo lejos.
Mientras intentaba fotografiarlo, noté en la pantalla del celular una columna de humo: el primer incendio de la temporada, demasiado temprano.
Rumbo a la cumbre del Piltri
Eran las dos de la tarde. Me quedaba volver por el filo, calzarme los crampones de nuevo, descender al valle y retomar el sendero a la cumbre. El día estaba claro y las horas de luz no eran un problema, pero mis piernas sí.
Los calambres en los cuádriceps aparecieron rápido. Es un tema que me viene preocupando y por más atención en la alimentación y la suma de suplementos o repositores energéticos, no logro superar.
De nuevo en el sendero principal, encaré la subida final. Ya sabía que estaba en problemas cuando una subidita, que en cualquier otra situación ni me acelera el corazón, ahora me hace parar a recobrar el aire y esperar que el ardor de las piernas desaparezca.
Los zigzags intentaban suavizar la pendiente, pero el terreno estaba tan suelto que costaba encadenar cinco pasos seguidos. Entre pausas y dolores, avancé hasta que la piedra dio paso a la nieve, ya demasiado blanda para crampones.
Un viento frío del sur me recibió en la última meseta. Desde allí, un empujón más me llevó a la cumbre del Piltriquitrón, a 2260 metros.
Cumbre del Piltriquitron
La cumbre cae abrupta hacia el sur y el oeste. Me acomodé en un rincón seco, preparé unos mates y dejé que la vista hiciera lo suyo: alla abajo y al norte, el filo Huemul que había recorrido antes; al este, la estepa extendiéndose en colores claros; al oeste, El Bolsón y Lago Puelo, pequeños y lejanos.
La tarde fue bajando y la temperatura también. Sabía que me quedaba al menos una hora hasta el refugio y el auto.
El Regreso
Hay momentos o etapas en toda subida a la montaña que tienen identidad propia. La cumbre suele ser el objetivo visible, el que se lleva todas las fotos, y es lógico que ahí todo parezca tener sentido.
Pero los recuerdos más duraderos suelen nacer en otros instantes más chiquitos, sencillos. Momentos que parecen un regalo inesperado de la montaña y que, sin buscarlos, terminan marcando la memoria de cada caminata.
Bajando, en el valle, me envolvió un silencio limpio, atravesado apenas por algunos pajaritos. Nadie a mi alrededor, el sol caía bajo y pintaba las laderas de naranja.
La Magia del Piltri
Quizás a eso se refieren cuando hablan de la magia del Piltri: no algo extraordinario, sino esa calma profunda que aparece de golpe, después de tanto esfuerzo.
El viento había quedado en la cumbre y allá abajo todo era quietud.
Desde un banco, cerca del refugio, miré cómo el sol se iba, encendido. Quedábamos pocas personas en la zona, cada una en su propio mirador, y el aire estaba lleno de murmullos apagados.
Registré mi regreso, saludé a los refugieros y emprendí la vuelta. Tres horas después estaba de nuevo en Bariloche, todavía con ese silencio adentro, como un eco que se resiste a apagarse.
Resumen
Si quisieras ir solamente a la cumbre, desde el estacionamiento, pasando por el refugio Piltriquitrón, el ascenso a la cumbre demanda unas 5 horas ida y vuelta en un recorrido de 11 km.
El sendero comienza bien marcado y con terreno firme, pero a medida que gana altura la pendiente se acentúa y la tierra suelta dificulta el paso, sobre todo en los zigzags finales.
El desnivel acumulado desde el estacionamiento hasta la cumbre es de 1015 m, con el último tramo particularmente exigente por la pendiente sostenida y el acarreo (piedra suelta). En la cima, a 2260 m, el terreno presenta caídas abruptas hacia el sur y el oeste, por lo que conviene extremar la atención al desplazarse.
Información General
- Nombre del sendero: Cerro Piltriquitrón
- Ubicación: El Bolsón, Río Negro. Inicio en estacionamiento sobre acceso desde Ruta 40.
- Dificultad: Difícil hasta la cumbre (uso de crampones en invierno/primavera).
- Registro obligatorio: https://anprale.com/
- Distancia y desnivel: 11 km aprox. (ida y vuelta) | +1015 m
- Tiempo estimado: 5 a 9 horas según desvíos.
- Tipo de sendero: Ida y vuelta con posibilidad de desvíos (Filo Huemul).
- Época recomendada: Verano y otoño. En invierno/primavera, equipo técnico.
- Link a contacto con el refugio Piltriquitron
- La subida desde Ruta 40 tiene 8 kilómetros empinados
- Ubicación del estacionamiento (es gratuito)
- No dejes nada de valor en el auto
Mapa e Itinerario
- Recomiendo llevar mapas en apps como Gaia.
- Track en Wikiloc
- Tramos principales:
- En auto: Media hora desde ruta 40 hasta el estacionamiento
- Caminata:
- Estacionamiento – Bosque Tallado (30 min)
- Bosque Tallado – Refugio Piltriquitrón (20 min)
- Refugio – Cumbre del Piltriquitron (Ida/Vuelta 3-4 horas)
- Refugio – Filo Huemul (1 h aprox.)
Equipo necesario
- Calzado de trekking con buen agarre.
- Crampones (según época).
- Bastones.
- Ropa de abrigo en capas.
- Guantes y gorro.
- Lentes y protector solar.
- Agua (2 lts.) y comida para todo el día.
Puntos clave y consejos
- Fuentes de agua: no hay en el sendero principal, llevar suficiente desde el inicio.
- Sombra/reparo: algunos tramos de bosque inicial, luego exposición completa.
- Riesgos: pendiente fuerte, piedra suelta, nieve dura o blanda según época.
- Consejo personal: Consultá el estado del sendero antes de llegar. Registrate también en el refugio
- Los crampones en el filo Huemul marcaron la diferencia entre volverme y seguir.
Espero el video con ansias. Lo hice en 2022 si mal no recuerdo en verano, costó mucho el final x el acarreo y el calor. La cumbre con las caidas eternas es una belleza. La bajada fue un placer, patinando entre las piedritas, muy divertida y la llegada al refu con el sol cayendo atrás, uno d esos atardeceres qué quedan en la memoria para siempre.