En Bariloche el camino más común para llegar a la laguna Jakob es por la picada desde el Tambo Báez (ubicado en la ruta a Colonia Suiza desde Bariloche), bordeando el arroyo Casa de Piedra. La zona de la laguna Jakob y el refugio San Martín es, además de un paraíso, un cruce de caminos:
- al Refugio Frey subiendo al Brecha Negra
- a la Laguna Negra a través del cerro Navidad
- al Lago Mascardi transitando el valle del arroyo Casalata
En el lago Mascardi, camino al cerro Tronador, hay una zona que se llama Los Césares. La distancia que se avanza desde el Tambo Báez hasta Césares integra un circuito mucho más extenso (570km y tres provincias) que se llama Huella Andina.
Pero resumiendo: tenemos un camino que une la picada a laguna Jakob desde Bariloche con el lago Mascardi.
Alumbrado, barrido y limpieza
El primer tramo, Báez – Jakob, es muy transitado por lo que está bien mantenido y señalizado. El refugio San Martín al borde de la laguna funciona todo el año y hay circulación de personas constantemente.
El segundo tramo, Jakob – Mascardi por el valle del Casalata, aunque bien señalizado, no está mantenido y la huella se pierde entre cañas Colihue o árboles caídos que cortan el paso. Si bien tuvo cambios en el recorrido para mejorarlo, algunos sectores nuevos no se identifican bien.
Este es un relato de mi experiencia. No te animo a caminarlo y escribo como un registro de lo que viví. No lo tomes como una guía o una serie de recomendaciones. Como me dí cuenta más tarde, este sendero no figura habilitado por parte de Parques Nacionales y lo recorrí bajo mi responsabilidad
Personalmente, creo que debe haber pocas sensaciones como caminar en un bosque o montaña en solitario, con una mochila y una carpa en la espalda, con todo el tiempo del mundo. O casi.
Detenerse, avanzar, explorar, observar, escuchar, oler. Al ritmo de uno, sin obligaciones, sin protocolos. Estar en un lugar con la certeza de la soledad.
Esas sensaciones fui a buscar los últimos días del verano de 2021.
El plan: recorrer el valle del arroyo Casalata saliendo desde la laguna Jakob y llegar a la playa norte del lago Mascardi, donde está el camping Remu Lafken. Es decir que al llegar al lago Mascardi, en lugar de ir a Los Césares, haría un desvío hacia el este, hacia la laguna Llum. Además hacerlo en tres días y dos noches.
- Día 1 – Desde Tambo Báez – Laguna Jakob – Valle del Casalata.
- Día 2 – Desde Casalata – arroyo La Volteada en lago Mascardi.
- Día 3 – Desde Mascardi – Laguna Llum – Camping Remu Lafken
Calculo que en total sumando las tres etapas deben ser unos 45km.
Saliendo el domingo desde el Tambo Báez, tenía que estar el martes a las 18hs en la ruta 40 para el encuentro con mi esposa.
Con las vacaciones en marcha, navegué los sitios de https://barilochetrekking.com/ y Wikiloc y busqué videos con la ruta en Youtube. Todo esto para anticipar el camino. Una vez chequeado el pronóstico del tiempo, programé la salida.
Registro cerrado
Cada circuito de trekking del Parque Nacional Nahuel Huapi requiere que te registres antes de recorrerlo. Esto se hace a través de un formulario en el sitio barilochetrekking.com.
Ahora bien, antes de elegir este recorrido, había elegido un lugar distinto, el refugio Velco. Pero al momento de completar el registro, el formulario de la página web me anticipaba con letras rojas: Sendero Cerrado por “Caza control”. Esto quiere decir que están haciendo control del ciervo colorado a través de la caza en esa zona. O al menos esto me dijeron cuando llamé a Parques Nacionales para preguntar.
Y sí, concuerdo, con balas cruzando el camino es mejor evitarlo y cambié por el Casalata.
Al momento de hacer el registro, el tramo Jakob-Mascardi no aparecía en las opciones. Si al intentar registrarme para llegar al refugio Velco estaba explícitamente aclarado que el sendero estaba cerrado, asumí que la falta del registro para Jakob-Mascardi se trataba de un error. Hice el registro de los otros tramos de la travesía y preparé la mochila.
Día 1 – Desde Tambo Báez a Jakob y Arroyo Casalata
Absolutamente fascinado por los colores del otoño, conocí el camino a la laguna Jakob hace algunos años.
Es un trayecto largo y después de algunas veces de repetirlo puede resultar monótono. Tené en cuenta que son 13 kilómetros que sin descansos y de un solo tirón pueden hacerse en cuatro horas. Pero lo normal es hacerlo entre cinco y seis horas.
Ahora, lo cierto es que el área de la laguna merece todo el esfuerzo. Además de Jakob, está la laguna de los Témpanos, vistas al valle del Casa de Piedra, desvíos al refugio Frey y Laguna Negra. Es un lugar para llegar y quedarse a disfrutarlo uno o dos días, como mínimo.
Esta vez, a pesar de tener más tiempo, pensaba transitarlo rápido y llegar cuanto antes al valle del Casalata. Quería anticiparme porque según lo que había averiguado, ese tramo podía estar sin mantenimiento. Podía ser complicado y había que estar atento para no perder el camino de vista.
Además estaba ansioso por descubrir el camino que continúa hacia el sur desde la laguna de los Témpanos. Esa primer parte tiene el nombre de Paso Schweizer con vistas hacia Jakob y el valle del Casalata.
Y así fue. Pude llegar rápido a Jakob, almorzar mirando el valle del Casa de Piedra y seguir camino a Témpanos y el paso Schweizer. El día estaba indeciso, entre nublado y frío pero con pasajes soleados. Casi sin gente en el camino.
En el refugio dejé mi registro anotando mi paso en el renglón del cuaderno y aclarando que mi próximo destino sería el lago Mascardi.
Como te conté antes, todo el trayecto desde Tambo Báez hasta el Mascardi forma parte del circuito de Huella Andina que tiene los colores blanco y celeste para ir siguiendo en árboles y piedras. No fue difícil distinguirlos a partir de la laguna de los Témpanos y llegar al balcón con vista al valle del Casalata.
Primera vez ante la pared del cerro Cuernos del Diablo.
Casalata
La mirada perdiéndose en el fondo del valle, ya se anticipaba un atardecer frío. El valle es profundo y angosto, con lo que el sol se esconde rápido atrás de las montañas.
El descenso hasta el fondo del valle no es sencillo. Se trata de una bajada con zigzags cortitos en un terreno escarpado. En este tramo me crucé con las únicas personas que vería en las próximas 24 horas. Venían en sentido contrario y apurados por llegar cuanto antes a la parte más alta.
Apenas se desciende hay un espacio de acampe entre la vegetación. El terreno es arenoso y se distinguían las huellas de algún animal.
Pero había hecho la tarea. Había averiguado que avanzando una o dos horas, más abajo, tendría otro lugar de acampe. Además si continuaba habría adelantado terreno que al día siguiente no tendría que recorrer.
En esta primer parte del valle la huella está bien marcada y se va transitando entre mallines y lengas enanas.
Hay que sortear los troncos a la altura de las rodillas o las ramas a la altura de la cabeza. Es un ejercicio constante de elevar las piernas y agacharse. Elevar, agacharse, y así.
Siga la flecha
Había leído la descripción del sendero en barilochetrekking.com y estaba atento a la aparición de una flecha que marcaba un desvío importante.
Apareció una flecha blanca pero no parecía ser la correcta; el sendero seguía en otra dirección. Avancé hacia donde apuntaba la flecha y retrocedí varias veces. No encontraba huella o camino en esa parte. Todo indicaba que no había desvío y que sólo debía seguir la huella hacia abajo. Y lo hice.
Viste que si no estás seguro del camino avanzas con dudas, prestando atención a cada mínimo detalle y buscando indicios de que estás en la senda correcta.
El cansancio del día ya se hacía notar y no estaba con muchas energías para retroceder si hacía falta para encontrar de nuevo el rumbo.
Una hora más tarde y después de seguir bajando al lado del arroyo encontré una segunda flecha, con los colores de Huella Andina mostrando claramente un desvío. Esta era la posta.
Con el alivio de estar en el camino y que las referencias eran correctas, el trayecto siguió entre lengas y pedreros, siempre en la margen izquierda del arroyo. Las lengas enanas empezaron a crecer hasta formar un bosque alto. El sol ya se había escondido completamente detrás del cerro Navidad y la baja temperatura se hacía notar.
Finalmente, ese segundo lugar para acampar apareció. El área de acampe tenía restos de fogones en varios lugares. Muchos sitios de paso de distintos senderos tienen esos fogones.
Debajo del bosque armé la carpa justo momentos antes de que oscurezca.
Terminaba el primer día. Para el segundo, tenía que dejar el valle del Casalata, llegar al lago Mascardi y encontrar el área de acampe sobre la desembocadura del arroyo La Volteada.
El arroyo con muy poco caudal se hacía escuchar a lo lejos.
Continúa en la 2da parte